(Aparece la novia. Viene sin azahar y con un manto negro)
VECINA.- (Viendo a la Novia, con rabia) ¿Dónde vas?
NOVIA.- Aquí vengo.
MADRE.- (A la VECINA) ¿Quién es?
VECINA.- ¿No la reconoces?
MADRE.- Por eso pregunto quién es. Porque tengo que reconocerla, para
no clavarla mis dientes en el cuello. ¡Víbora! (Se dirige hacia la
NOVIA con ademán fulminante; se detiene. A la VECINA) ¿La ves? Está ahí,
y está llorando, y yo quieta, sin arrancarle los ojos. No me entiendo.
¿Será que yo no quería a mi hijo? Pero, ¿y su honra? ¿Dónde está su
honra? (Golpea a la NOVIA. Ésta cae al suelo)
VECINA.- ¡Por Dios! (Trata de separarlas)
NOVIA.- (A la VECINA) Déjala; he venido para que me mate y que me
lleven con ellos. (A la MADRE) Pero no con las manos; con garfios de
alambre, con una hoz, y con fuerza, hasta que se rompa en mis huesos.
¡Déjala! Que quiero que sepa que yo soy limpia, que estaré loca, pero
que me pueden enterrar sin que ningún hombre se haya mirado en la
blancura de mis pechos.
MADRE.- Calla, calla; ¿qué me importa eso a mí?
NOVIA.- ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia) Tú
también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por
dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo
esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de
ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre
dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y
el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que
dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha
acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien! Yo no quería. ¡Tu
hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me
arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera
arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido
vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!
(Entra una VECINA)
MADRE.- Ella no tiene culpa, ¡ni yo! (sarcástica). ¿Quién la tiene,
pues? ¡Floja, delicada, mujer de mal dormir es quien tira una corona de
azahar para buscar un pedazo de cama calentado por otra mujer!
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